Tuya, Sugar

Por Denise Carbajo

 

Ficha técnica: Pequeñas cosas hermosas. Origen: Estados Unidos.  Creadores: Liz Tigelaar, Rachel Goldenberg,
Actores: Kathryn Hahn, Merritt Wever, Sarah Pidgeon, Quentin Plair, Tanzyn Crawford, Owen Painterc

Clare Kinkade es una mujer sumergida en crisis. Ya no sabe cómo conectar con su hija, fue echada de su propia casa por su marido, asiste a sesiones de terapia de pareja que no la ayudan en nada, y abandonó su carrera como escritora, a pesar de su talento. Sin saber qué más hacer, decide enviar una carta anónima a Sugar, una columnista que se dedica a dar consejos a personas igual de perdidas que ella. Esto desencadena un reencuentro con un antiguo colega que le revela la verdad: Sugar no es una mujer con una vida difícil que logra encontrar en sus propias experiencias consejos para los demás, sino que es un personaje creado por él. Ya no siente que puede seguir encarnando al personaje, por lo que le ofrece a ella hacerse cargo de la columna. En un primer momento se niega. ¿Cómo podía aconsejar a otras personas, si ni siquiera ella tenía la vida resuelta? Pero al empezar a leer las cartas, y reconocer en esas palabras anónimas problemas y emociones por los que ella pasó a lo largo de su vida, se motiva a volver a escribir, encarnando a Sugar.

El relato de Pequeñas cosas hermosas  está desordenado, recuerdos propios desencadenados por las cartas que los fans les envían a Sugar. En todos los episodios se construye un relato a dos tiempos, a dos voces: la adolescencia y adultez temprana de Clare (Sarah Pidgeon) y su vida adulta (Kathryn Hahn).

Encuentra en esos recuerdos (sus decisiones, las cosas de las que se arrepiente, lo que entendió muchos años después) palabras de consejo para las personas anónimas que no saben a quién más recurrir. El escribir las cartas la lleva a enfrentarse a su propio pasado, a encontrar la manera de hacer paz con la muerte de su madre, un hecho que todavía no logra superar del todo, y cambió el plan que había trazado para su vida. En los consejos que escribe para otros encuentra formas de perdonarse por lo que sucedió, después de tantos años, y algunas respuestas a las preguntas que nunca dejó de hacerse.

En los primeros episodios, las dos versiones de Clare parecen personas diferentes. Mientras más se ve obligada a recordar, mientras más vuelve a sus viejos escritos, mientras más debe rescatar partes de sí misma para responder a las cartas, comenzamos a reconocer a la misma persona en dos momentos distintos de su vida. Esto se refuerza en un plano visual cuando las dos actrices que encarnan a Clare empiezan a intercalarse en una misma temporalidad, mostrando las partes de la persona que fue en su adolescencia que continúan surgiendo en la vida adulta, y los rasgos de la persona en que se convertirá que asoman en la adolescencia. El cambio entre su personalidad adolescente y la de adulta ocurre sin transiciones, intercambiándose entre sí con fluidez. Los sentimientos, la marca emocional de los momentos es la misma en su adultez que treinta años atrás.

El argumento de la serie es sencillo; una historia chica, cotidiana, y es por eso que se vuelve tan fácil sumergirse. No reinventa el género, y no necesita hacerlo. La serie sirve como una exploración de un personaje conflictuado que, al igual que muchas otras series del género, nos deja un mensaje claro: las cosas pueden volver a estar bien. Y como escribe Clare al final del piloto, todos tienen derecho a disfrutar de las pequeñas cosas hermosas.

Denise Carbajo

Estudiante de Comunicación Social – UNR

Fan de las animaciones