Todo tiene un final
Por Delfina Romero
Hablar de finales en las series es un poco polémico por el miedo a los spoilers, pero es además complejo porque, cuando se trata de historias de varias temporadas, los finales no siempre son premeditados como el punto de llegada de un recorrido bien estructurado. Es precisamente esta naturaleza caótica de los cierres lo que resulta atractiva.
Al igual que en la vida misma, el viaje de las ficciones se vuelve incierto con el tiempo, tomando giros inesperados que le otorgan al relato una dimensión más humana. Esta forma de construcción narrativa es evidente en Lost, por ejemplo, cuya trama se fue desarrollando de manera orgánica, sin un destino planificado. De esta forma los guionistas fueron creando los misterios que envolvían la isla conforme iba avanzando la serie dejando que los sucesos de la trama guíen la historia. Resultando en un desenlace controversial y confuso pero, que iba acorde con la serie.
La extensión en el tiempo que caracteriza las ficciones serializadas complican la anticipación de un final, ya que depende de factores externos como la recepción del público, los plazos de producción, contratiempos que pueden retrasar el rodaje, entre otros. Algunos guionistas establecen desde el inicio pequeños sucesos que ayudarán a guiar la trama hacia un desenlace que no se sabe con seguridad cuándo llegará, si es que llega. Algo así es lo que hicieron los creadores de How I Met Your Mother. La gran revelación de esta sitcom se había grabado desde la primera temporada, debido a que los actores que interpretaban a los hijos de Ted irían creciendo, teniendo desde el comienzo la conclusión de la serie. Estableciendo en la narrativa de la serie una especie de final brújula que guía de alguna manera varios de los sucesos del show hacia ese final preestablecido.

Incluso series con narrativas sólidas y estructuradas pueden enfrentar dificultades al llegar a su epílogo. Game of Thrones es la adaptación televisiva de la saga de libros de George R. R. Martin, que tras un comienzo con temporadas magníficas, experimentó un notable declive, culminando en un desenlace caótico. Este deterioro se venía anticipando en las últimas temporadas, y el punto de inflexión se sitúa precisamente cuando la narrativa audiovisual sobrepasó a los libros, quedándose sin el material original como guía. A partir de ese momento, la continuidad de la historia recayó sobre los guionistas, quienes intentaron de la mejor manera reflejar el estilo del autor, logrando unos buenos episodios pero llegando a un final deficiente. Las críticas principales apuntan a una resolución apresurada de tramas, dando la impresión de que los autores buscaban concluir la serie lo antes posible.

La extensión de las ficciones serializadas condicionan la producción de un final ideal. Algunas series son canceladas prematuramente o precipitan su cierre. Anne with an E, tras ser rescatada por Netflix, sufrió un final abrupto en su tercera temporada, dejando a muchos fans con ganas de más. Esta adaptación del clásico literario Anne of Green Gables abarcó sólo los eventos del primer libro (la saga tiene nueve), dejando fuera todo un abanico de posibilidades para la historia. Si bien el final ofrecido cerró más o menos la mayoría de tramas, la mayor parte del fandom quedó insatisfecha.

Es interesante la actividad de los fanáticos cuando participan del desarrollo de las ficciones, abriendo foros, peticiones, hashtags, y buscan influir sobre el final de sus series favoritas. Uno de los casos más sonados fue el de Sense 8. Esta serie de ciencia ficción fue cancelada después de su segunda temporada. Esta interrupción causó descontento entre sus seguidores, quienes se sintieron frustrados con un final que dejaba la trama completamente abierta. Los fans realizaron una campaña masiva a través de redes sociales, utilizando el hashtag #SaveSense8, y enviaron peticiones en línea para que Netflix reconsiderara su decisión. Finalmente lograron su cometido y se anunció la producción de un episodio especial de dos horas para cerrar la historia de la serie.

En el ámbito de las sitcoms, los finales suelen seguir un patrón común, en el que los personajes alcanzan sus metas y la historia culmina con un clásico final feliz. Sin embargo, existen excepciones que rompen con este molde, destacando dos producciones creadas por Larry David: Seinfeld y Curb Your Enthusiasm. Resulta interesante destacar ambos finales no solo porque se alejan de las convenciones, sino también porque se referencian mutuamente. El último episodio de Seinfeld generó controversia por su tono moralizante, ofreciendo un epílogo en el que los personajes son castigados por los actos cuestionables cometidos a lo largo de las historias. En el final de Curb Your Enthusiasm, Larry David se encuentra en una situación legal similar, culminando en un juicio y su posterior encarcelamiento. Interrelacionados, ambos finales permitieron a Larry David dejar una huella personal en el género de las sitcoms.

Las series que siguen en emisión durante décadas parecen postergar indefinidamente el plan de terminar sus historias. Grey ‘s Anatomy, Doctor Who y La ley y el orden muestran cómo ciertas producciones pueden seguir renovando temporadas sin una conclusión clara en el horizonte. Un fenómeno interesante respecto a esto es Dexter. La serie, que debutó en 2006, finalizó en 2013 con un cierre que dejó insatisfechos a muchos de sus seguidores, quienes consideraron que no hacía justicia con el recorrido del personaje principal, un asesino en serie con un código moral muy peculiar. Sin embargo, lejos de ser un cierre definitivo, la historia de Dexter Morgan fue reabierta con Dexter: New Blood en 2021, que también generó polémica con su propio final. Pero la historia no terminó ahí; pronto llegó Dexter: Original Sin, una serie que relata la juventud del personaje. Y ahora, como si fuera poco, se ha confirmado que Dexter regresará en Dexter: Resurrection. Esta estrategia de revivir personajes y tramas ya concluidas no solo responde al deseo de los creadores de seguir explotando una franquicia exitosa, sino también a una tendencia más amplia de recuperar personajes que han logrado una conexión profunda con la audiencia.


Delfina Romero
Estudiante de Comunicación Social – UNR
Disfruta leyendo y mirando series románticas