Sombras de un asesino

 

Por Ari Piccioni

Ficha técnica: El Chacal. Origen: Reino Unido. Creadores: Ronan Bennett. Actores: Eddie Redmayne, Lashana Lynch, Úrsula Corberó, Chukwudi Iwuji, Khalid Abdalla, Lia Williams, Eleanor Matsuura.

La serie británica El Chacal propone una exploración de la figura de un asesino a sueldo cuya historia se despliega en un entramado narrativo que alterna entre pasado y presente. La construcción de la temporalidad permite comprender las motivaciones del protagonista sin recurrir a explicaciones expositivas, apoyándose en una puesta en escena que resalta los contrastes entre su vida profesional y personal. La dirección enfatiza estos cambios mediante la iluminación y el uso de distintos encuadres, estableciendo una diferencia clara entre los momentos de violencia y aquellos en los que el personaje enfrenta sus dilemas internos.

 

El protagonista (Eddie Redmayne) encarna un perfil complejo que se aleja de las representaciones tradicionales del asesino implacable. La serie opta por mostrar sus debilidades y conflictos, evitando la glorificación de la violencia. La caracterización del personaje se desarrolla a partir de sus interacciones con un círculo reducido de personas, lo que permite una mayor profundización en su psicología. Las decisiones que toma a lo largo de la historia se vinculan con su pasado, generando una estructura en la que cada episodio añade nuevas capas de significado.

El uso de la música refuerza el tono de la serie sin imponer una lectura unívoca de las escenas. Las composiciones varían entre sonidos electrónicos y orquestales, marcando el ritmo de la narración y acompañando las secuencias de acción e impacto visual. En los momentos de tensión, el diseño sonoro introduce elementos diegéticos que intensifican la sensación de peligro evitando las soluciones predecibles.

 

La fotografía privilegia los contrastes cromáticos para diferenciar los distintos espacios en los que se mueve el protagonista. Los colores fríos predominan en los entornos urbanos, mientras que los espacios más personales adquieren tonalidades más cálidas. Esta decisión refuerza la idea de que la vida privada del personaje se encuentra en tensión con su mundo profesional. La composición de los planos también juega un papel clave en la construcción del relato, utilizando la profundidad de campo para situar al protagonista en un contexto que lo sobrepasa.

 

La estructura de los episodios suprime la repetición de esquemas narrativos, lo que impide que la historia caiga en una rutina predecible. Cada capítulo introduce variaciones en la forma en que se presentan los conflictos, alternando entre secuencias introspectivas y momentos de acción con una cadencia que mantiene el interés. Los diálogos se construyen con un equilibrio entre información y subtexto, evitando la sobreexplicación de los acontecimientos.

 

Las relaciones entre los personajes secundarios se desarrollan de manera progresiva, cumpliendo una función narrativa que trasciende el simple acompañamiento del protagonista. Sus motivaciones y conflictos individuales permiten entender la dinámica del mundo en el que se mueve el protagonista, ofreciendo diferentes perspectivas sobre la violencia y sus consecuencias.

El montaje juega con la simultaneidad de eventos para reforzar el suspenso y la progresión dramática. La alternancia entre escenas de acción y momentos de calma contribuye a la construcción de un ritmo narrativo que no se sostiene únicamente en el impacto visual, sino en la acumulación de tensiones y en la evolución de los personajes. La dosificación de la información se convierte en un recurso clave para generar expectativa sin recurrir a revelaciones abruptas.

 

El Chacal tiene elementos del thriller clásico y a la vez una identidad propia. La influencia del cine negro se percibe en la caracterización de los espacios urbanos y en la representación de la moralidad ambigua del protagonista, pero la propuesta visual y la construcción del guion buscan alejarse de los estereotipos del género. La narración apuesta por una exploración matizada de los conflictos que plantea.

El desarrollo de la trama se apoya en una progresión sostenida que permite que las decisiones del protagonista tengan un peso acumulativo. La historia no se organiza en torno a un único objetivo a cumplir, sino que los conflictos se van reconfigurando a medida que avanza la serie. Esta estructura narrativa favorece una evolución más orgánica de los acontecimientos y evita la sensación de repetición en los episodios.

 

El desenlace se construye de manera gradual, dilatando la resolución de los conflictos principales. La serie opta por un cierre que no ofrece respuestas definitivas, las tensiones establecidas a lo largo de la historia continúan resonando en el espectador. La ambigüedad de las últimas escenas refuerza la idea de que el protagonista no encuentra una redención convencional, su camino queda abierto a nuevas interpretaciones.

 

El trabajo de dirección y guión en El Chacal demuestra un interés por el desarrollo de personajes más allá de la acción inmediata. La serie apuesta por un equilibrio entre las secuencias de tensión y los momentos en los que se profundiza en la psicología del protagonista. La construcción del relato prioriza la coherencia interna y rechaza las soluciones narrativas simplistas, lo distingue a la serie dentro del género.

Ari Piccioni

Licenciada en Comunicación Social. Docente en Comunicación Visual Gráfica I (UNR).  Amante de las series nórdicas y con zombies.