Solo toma mi maldita mano
Por Hugo Berti
El veterano médico Ernest Montgomery fue detenido en su consultorio por la policía cuando estaba practicando un aborto a Elinor Stafford, quien había sido víctima de una violación. Los abogados Lawrence Preston y Kenneth Preston, padre e hijo, asumen la defensa. El juicio enfrenta al sistema legal que condenaba las prácticas abortivas con el código moral del Dr. Montgomery. El médico entrevistaba reiteradamente a sus pacientes antes de realizar la intervención y se aseguraba que la mujer cursara un embarazo realmente no deseado.
Sandra Mason, una joven de 18 años que había abortado momentos antes de llegar la policía, declara a favor del Dr. Montgomery y su caso es publicado en la prensa a pesar de las disposiciones del juez para preservar la identidad de la mujer. El médico sube al estrado para hacer oír sus argumentos a favor de la interrupción voluntaria del embarazo en un juicio mediatizado. Que su voz se escuche es el objetivo que manifestó a sus abogados cuando reconoció haber realizado unos 1500 abortos. Pasaron seis décadas hasta que Sierra, Cassie y Maeve fueron atendidas en un centro de salud de forma legal, segura y cuidada.
El episodio de la serie The Defenders se emitió el 28 de abril de 1962. Se llamó El Benefactor, y no había ironía en el título. El Dr. Montgomery era el benefactor de unas mujeres que hubieran perdido sus vidas sin su ayuda. Su propia hija murió tras un aborto mal practicado. The Defenders, una serie autoconclusiva de la cadena estadounidense CBS, utilizaba la estructura y el estilo de un drama judicial para referir a temas controvertidos de carácter ético o moral en relación con el sistema legal.
El guión de El Benefactor fue rechazado por los habituales patrocinadores de la serie y la cadena salió a ofrecer el auspicio con sensibles descuentos para una emisión en horario de prime time. Los creativos de Madison Avenue vieron una oportunidad para que la marca de lápiz labial Belle Jolie alcance a más audiencias femeninas. La propuesta presentada por Don Draper y Harry Crane, quien pronto sería el director del área de televisión de la agencia Sterling Cooper, es rechazada por el cliente con el argumento: “somos una empresa familiar”. La conversación se produce luego de mirar el momento en que Sandra Mason recibe un violento golpe de su padre. La escena está en el episodio 3 de la segunda temporada de Mad Men, que como un homenaje intertextual se tituló El Benefactor. La ocasión fue finalmente aprovechada por el fabricante de relojes pulsera Speidel Corporation, que compró todo el espacio publicitario. Esto ya fuera de la ficción protagonizada por Jon Hamm.
El aborto era una las problemáticas más controvertidas que se podía abordar desde la ficción seriada en la televisión masiva de los años 60. Mientras la industria televisiva norteamericana estaba dejando atrás su primera edad dorada, distinguida por la producción de series antológicas, en Inglaterra un movimiento impulsado por nuevas generaciones de guionistas y productores buscaba intervenir en el debate público mediante narrativas ficcionales comprometidas con la realidad social.
La representación de un aborto en un departamento durante el episodio Up The Junction, de la antología The Wednesday Play (BBC, 1965), fue un gesto político pero también estético. La escena filmada en 16mm por el cineasta Ken Loach, director de culto del realismo social británico, adopta modos enunciativos del documental para acentuar el impresionismo del evento con planos inestables sobre el rostro sufriente de la joven Rube, rodeada de sus amigas. La voz en off del testimonio de un médico fuera de la diégesis proyecta el drama personal hacia el drama social: “Toma la cifra más baja: 52000 abortos al año, es decir, 1000 abortos a la semana, algo así como cinco o seis cada hora cada día. Y eso es tomar la cifra mínima”. La transgresión a las formas narrativas tradicionales y la mirada sobre las vidas de las trabajadoras de Londres hacen sentido integrándose en el discurso político ficcional. Habrá que esperar tiempo para que la experimentación estética y la tematización del aborto vuelvan a encontrarse con miradas a las culturas juveniles del siglo XXI.
El aborto inducido es legal en Inglaterra desde 1967. El 23 de enero de 1973 la Corte Suprema de Estados Unidos por 7 votos contra 2 dictó sentencia en el caso Roe vs. Wade estableciendo que la Constitución garantiza la libertad de una mujer de optar por la interrupción de su embarazo y dejando sin efecto leyes federales y estatales que penalizaban el aborto. Jane Roe era el nombre ficticio de Norma McCorvey, una mujer que en el Estado de Texas reclamó por su derecho a abortar y pidió que se declare inconstitucional la legislación que lo prohibía.
Meses antes, Maude, protagonista de la sitcom que lleva su nombre, conversa una noche con su marido en la habitación matrimonial mientras juegan a las cartas. Maude tiene 47 años y está embarazada.
– Walter, voy a tener el bebé – dice.
Maude toma la decisión creyendo que complace el deseo su marido de ser padre, pero se equivoca.
– Nunca quise ser padre antes (…) Estoy feliz de ser padre porque tú quieres tener un bebé. No porque yo quiera ser padre (…) ¿Estarías teniendo el bebé, porque pensaste que yo lo quería?
El diálogo se interrumpe con situaciones graciosas provocadas por el juego de naipes. Las risas del público responden a la destreza de los comediantes para subrayar los cambios de tono de los personajes.
– Quiero que tengas todo lo que quieras tener ¿eso incluye el bebé? – pregunta Walter.
– Lo quería cuando pensé que lo querías.
– Creo que estaría mal tener un hijo a nuestra edad.
– Oh Walter, yo también.
Maude fue la primer mujer protagonista de una comedia norteamericana que decidió abortar. El episodio generó controversias, pero la polémica benefició a la serie. Poco después, el fallo de la Corte Suprema de Justicia legitimó su decisión. También lo hizo la sentencia de Walter antes de los títulos de cierre.
– Solo dime, Walter, que estoy haciendo lo correcto no teniendo al bebé.
– Para ti Maude, para mí, en la privacidad de nuestras vidas, estás haciendo lo correcto.
En la prisión de mujeres de Litchfield, Nueva York, Big Boo cita el libro Freakonomics y expone un argumento para justificar las prácticas abortivas en condiciones particulares. La reclusa se acerca a su compañera Pennsatucky, que está montando un pequeño cementerio de sus bebés no nacidos. En la década de los 90, dice Big Boo, el delito se redujo de modo impresionante debido al caso Roe vs. Wade. Pennsatucky, devota cristiana con delirios místicos, reacciona: La oscuridad del 73.
Justamente lo opuesto, dice Big Boo. Los abortos que se realizaron tras ese caso eran niños no deseados. Niños que, si sus madres se hubieran visto obligadas a tenerlos, habrían crecido padeciendo pobreza, abandono y abuso, los tres ingredientes principales a la hora de crear un criminal. Pero ellos nunca nacieron. Así que 20 años después, cuando hubieran tenido la edad ideal para delinquir, no existían. Y la tasa de delincuencia tuvo una caída abrupta.
Big Boo concluye su razonamiento: …eras una basura ignorante, pobre y drogadicta, y tus hijos, si hubieran nacido, habrían sido basuras ignorantes, pobres y drogadictos. Así que, al interrumpir esos embarazos, le evitaste a la sociedad el flagelo de tu descendencia. Si te pones a pensar, es una bendición.
El argumento resulta reconfortante para Pennsatucky. Era el día de la madre en el primer episodio de la tercera temporada de Orange is The New Black.
Durante la última década el debate sobre la legalización o penalización del aborto se actualizó en distintos contextos nacionales. En unos con avances a favor de preservar el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, en otros restaurando o imponiendo leyes restrictivas al calor de las ofensivas políticas de grupos conservadores.
Las series contemporáneas cruzan sus relatos con los discursos sociales construyendo imágenes que intervienen sobre las representaciones simbólicas del aborto. No ya con la intencionalidad política explícita del realismo social británico de los años 60, sino mediante estrategias narrativas complejas que conectan emocionalmente con las experiencias de audiencias globales y heterogéneas.
El arco del personaje de Cassie en Euphoria es una historia de sumisión afectiva con las masculinidades y de las miradas sobre su cuerpo. El capital erótico de Cassie es una mercancía visual que circula por las redes. Cuando la adolescente se embaraza, su novio Mackey la deja sola: Encargate, yo no lo quiero tener, me estás arruinando la carrera.
El relato sobre el aborto de Cassie pone en escena una perspectiva crítica sobre el comportamiento masculino, el de un padre que la abandonó en su infancia y el de Mackey que la abandona ahora. El acompañamiento de su madre y su hermana en la clínica no disimula la atmósfera de profunda soledad que expresa la secuencia onírica intercalada con el rostro de Cassie durante el procedimiento que la serie elige no mostrar.
La estética impresionista del aborto clandestino en Up The Junction mezclaba el testimonio informativo de un médico ausente con un primer plano del sufrimiento físico de Rube. En Euphoria, durante el momento de la sedación, el deslizamiento de Cassie sobre los patines funciona como metáfora de la pérdida y puntúa la complejidad emocional del personaje. No hay gritos desesperados, suena la canción de Arcade Fire, My Body is a Cage.

Maeve está sentada en la antesala del quirófano. A su lado hay otras dos mujeres con sus batas, preparadas para ingresar a realizarse un aborto. Sarah, la del medio, quiere tomarlas de las manos. Maeve retrae la suya. Solo toma mi maldita mano, le dice Sarah, y un momento después levanta los brazos y los gira como el mecanismo de un motor. Ríen. No se conocen, por un instante infinito están juntas.
En sus 32 episodios Sex Education tematiza aspectos de la sexualidad de adolescentes y adultos con profunda sensibilidad y un efectivo equilibrio entre la comedia y el melodrama. La secuencia del aborto, en el capítulo 3 de la primera temporada, hace una elipsis entre el momento en que Maeve se duerme por efecto de la anestesia y su recuperación tras el procedimiento. Al despertar, vuelve a encontrarse con Sarah, quien le cuenta que ella ya tiene tres hijos y luego llora. Otis espera a Maeve con un ramo de flores a la salida de la clínica, Sarah se abraza con su hija que la fue a buscar.
Sex Education no desarrolla argumentaciones al estilo del Dr. Montgomery o de Big Boo para defender la interrupción voluntaria del embarazo. La estrategia enunciativa de la serie es convencional y a la vez transgresora. Su intervención en la discursividad social se extiende como una capa transparente de sentidos de lo moral no moralizante, del orden de lo sencillamente humano. El compromiso necesario del espectador moviliza la adhesión a un pacto emocional que lo alinea cada vez con distintos personajes, incluso con aquellos que como Sarah solo aparecerán unos pocos minutos.

El 24 de junio de 2022 la Corte Suprema de Estados Unidos anuló la sentencia del caso Roe vs Wade y abrió el camino para que los estados de mayorías republicanas ilegalicen el aborto.
La cadena ABC emitió el episodio All Star de Grey’s Anatomy en marzo de 2023. El arco narrativo principal del capítulo transcurre alrededor de la operación de rodilla de Tank, estrella del fútbol americano. También se desarrolla un evento de la trama serial: la Dra. Raver acepta tras varias dilaciones el puesto de Jefa de Cirugía. Pero mientras estas historias van evolucionando, se cuenta un relato breve, secundario, pero notablemente significativo en el contexto político y social de la nación norteamericana en estos años 20.
Sierra, mujer de origen latino y madre de dos hijos, cursa un embarazo de 11 meses y está internada por un sangrado en el Hospital Gray Sloan Memorial. Los exámenes clínicos permiten descartar cualquier complicación, pero en una charla con la médica residente Jules Millin decide no continuar con la gestación. ¿Cuánto cuesta un aborto? pregunta. La respuesta de la Dra. Millin es toda una declaración política sobre la dimensión social de la problemática: la clínica de reproducción ofrece asesoramiento y servicio de aborto según sus ingresos.
El aborto de Cassie se disuelve en un contraluz sobre el hielo de la pista de patinaje, el de Maeve suprime aquello que no interesa a las apelaciones emocionales, solo en Grey’s Anatomy la narrativa se detiene a describir el acto mismo de la práctica abortiva. En la zona aséptica, el aborto es un procedimiento médico que la Dra. Wilson explica a Sierra durante todo el proceso, mientras la mujer sostiene el teléfono celular en contacto con su marido. ¡Estoy bien! afirma, y sabemos que no está hablando de su salud física.
A la salida del Hospital las declaraciones de los personajes refuerzan el mensaje político de la serie. Eres una madre increíble, dice Jules a Sierra. Y luego la Dra. Wilson enfatiza a Jules: le has salvado la vida a esa mujer.

Hugo Berti
Licenciado en Comunicación Social. Docente
del seminario Análisis y crítica de series
ficcionales – UNR