Monjas guerreras caza demonios
Por Luisina Berasi
Ficha técnica: Warrior Nun. Origen: Estados Unidos. Año: 2020. Creada por: Simon Barry.
Actores: Alba Baptista, Kristina Tonteri-Young, Toya Turner, Tristan Ulloa.
Warrior Nun es una apuesta especial para quienes desean ver una serie de ciencia ficción y fantasía que se salga del canon. Se estrenó a mediados del 2020 y captó al espectador desde el inicio con el Salmos 46,5: «Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará a romper el alba». Con 2 temporadas de 10 capítulos cada una, la producción serializada titula cada episodio con pasajes bíblicos que dan mayor significación y crean expectativas sobre la trama, convocando al espectador para que haga sus asociaciones y especulaciones.
Como dice el Salmos, tenemos a quien romperá el alba: Ava (Alba Baptista), una muchacha de 19 años, huérfana de toda la vida y con una parálisis que la mantiene puertas adentro. «Morirás aquí ¿qué podrías hacer así?», le decían las monjas responsables del Orfanato San Miguel donde Ava se encontraba y donde intentaron asesinarla.
Mientras tanto y con desespero, la Orden de la Espada Cruciforme —una organización secreta de monjas mordaces— busca una nueva portadora del Halo: antiguo artefacto de un tal Ángel Adriel, que otorga poderes sobrenaturales a la persona que lo porta. La premisa parte con una fría morgue, un lecho de muerte que duró poco y el Halo. El privilegio de llevarlo es para pocos, y tal concesión viene cargada de una misión descomunal: ser líder de la Orden de La Espada Cruciforme, cuidar del Halo y capitanear la caza de demonios que se filtran como agua donde no deben estar. Mantener el orden natural entre la vida mundana, el cielo y el infierno era una tarea solo para monjas… hasta la llegada inesperada de Ava.

El secretismo del séquito y la impredecibilidad marcan los tonos de la serie. En este camino, las muchachas se enfrentarán con problemas mundanos, poniéndose en juego la lealtad, la amistad, la traición y el amor. La serie de Simon Barry (Bad Blood) a su vez es una coming of age, un género cinematográfico que se centra en el crecimiento personal de protagonistas jóvenes. Ava tendrá que madurar más rápido de lo normal pero no estará sola, además de toda la Orden, encontrará apoyo y compañía en una de las monjas, y descubrirá facetas suyas que no creía tener.
La serie está basada en el cómic de los años 90s «Warrior Nun Areala», creado por el dibujante y guionista taiwanés Ben Dunn, y publicado por Antarctic Press. Aunque compartan el mismo concepto y se sitúen en el mismo universo, la línea temporal que sigue la serie audiovisual se sitúa en un momento posterior a los sucesos del cómic. El personaje principal del cómic referencia a Juana de Arco, una comparación que si se la moderniza, también encaja en las características que el personaje de Ava adquirirá.
Un guión y diseño de producción audaces
Hace mas de 500 años usaban velas para alumbrar los espacios religiosos. Hoy, el lenguaje audiovisual y la tecnologia permiten —además de incluir elementos fantásticos y ficticios— crear un efecto aurático con reflectores a contra luz, y sombras que contrastan entre columnas y pasillos de antaño.
La fusión entre escenarios antiguos de la iglesia tradicional y el mundo moderno de la tecnología se ven plasmados en la elección de España como locación para la grabación de ambas temporadas. Es un país que aportó muchas catedrales e iglesias donde grabar, dotando a la serie un pasado arquitectónico que roza lo barroco y que en paralelo se combina con dispositivos de alta tecnología utilizados por las monjas guerreras, muy ostentosos y exuberantes, así como una especie de versión tecno-barroca, que a la par desafía las luchas entre diferentes facciones de la Iglesia cristiana.

La brutalidad es un elemento que atraviesa a la serie. Puede interpretarse como un guiño un tanto descarado hacia el dogma y la pirámide clerical, poniendo a figuras femeninas al mando de una unidad de fuerzas armadas con conocimientos que pueden ser letales, pero también como un desafío a las posibilidades y límites que tienen la Iglesia, las tecnologías y las monjas empleando estos dispositivos. Llevada cada vez más lejos, la trama se complejiza al punto tal de no saber hasta dónde son capaces de llegar. No solo la religión y el rol de la figura femenina se ve cuestionada, sino también la fidelidad, lealtad y honor que supone ser parte de la Orden de la Espada Cruciforme como frente en la batalla entre el bien y el mal.
Los elementos bíblicos como el Arca de Noé también tienen su reversión moderna. En este caso se presenta un portal cuántico llamado Arco, cuyo material no es madera sino “Divinium”, un elemento proveniente del Otro Lado: El reino de Reya, de Adriel, el Ser transdimensional y ambicioso que tratará de trastocar todos los planes de la Espada Cruciforme.
En la segunda temporada la trama será similar pero los malignos se multiplicarán y con ellos el deber de la Orden. El dinamismo y la acción atravesarán con más potencia, y se seguirán subtramas que profundizarán el papel de cada hermana guerrera.
