Misterios importados
Por Denise Carbajo
Ficha técnica: La voz ausente. Origen: Argentina. Año: 2024. Director: Gustavo Hernández. Basada en la novela de Gabriel Rolón.
Actores: Gimena Accardi, Benjamín Vicuña, Susú Pecoraro, Jazmín Stuart.
Pablo Rouviout (Benjamín Vicuña), un renombrado psicoanalista recientemente vuelto a Argentina de una vida armada en Madrid, es interrumpido en medio de una disertación: su hermano, otro psicoanalista importante, acaba de suicidarse en su consultorio. Pero Pablo tiene sus dudas, algo no le cierra en esa resolución, lo que lo lleva a negociar con Cecilia Bermúdez (Gimena Accardi), policía encargada del caso, su participación en la investigación. Pronto, otras muertes revelan que la muerte de su hermano no es solo un caso aislado, sino obra de un asesino en serie.
A lo largo de siete episodios se irá dibujando la trama compleja que envuelve al asesino y a sus víctimas. La tensión y el misterio se mantienen a lo largo de toda la temporada, la información se entrega en dosis para que el espectador especule sobre lo que realmente está sucediendo. Pablo Rouviot ocupa el lugar de un moderno Sherlock Holmes, valiéndose de sus estudios para analizar la conducta de un asesino que aparece cada vez más vinculado a su pasado y su familia.

Lo más notorio de la serie es su clara inspiración en otras producciones similares, especialmente los thrillers estadounidense. El asesino serial es una figura tan característica de las series norteamericanas sobre crímenes que desde el comienzo La voz ausente se encuadra como una versión argentina de esas producciones, con sus mismos procedimientos, códigos estilísticos y estrategias narrativas. La trama se desarrolla en su propia burbuja, en un lugar indeterminado, sin referencias culturales nacionales más allá de la procedencia de los actores, el origen de la realización y las locaciones de filmación.

La serie adapta sin cambios las fórmulas de las series policiales de estadounidenses transformándose en una fantasía de suspenso y crimen que no parece que transcurra en Argentina. El guión no representa a problemáticas, costumbres o hábitos socioculturales del país. Los diálogos se sienten forzados, como traducciones directas de frases que tendrían más sentido en inglés. Tanto se esfuerza en seguir las reglas del género que el resultado se acerca a una parodia.
El enigma sencillo de La voz ausente es explicado en detalle cada capítulo para que el espectador no se pierda en la continuidad de la trama. Esta sería la mejor manera de entrar en la serie: como una fantasía, una imitación argentina fallida de una fórmula ya conocida.
