Los formatos de Verónica Mars

Por Denise Carbajo

 

Verónica Mars se estrenó en 2004 con una propuesta diferente: una serie que moderniza al género noir  protagonizada por una adolescente que asiste a su padre en su negocio de investigación privada al borde de la ley. Su historia se desarrolló a lo largo de 15 años, adaptándose a una televisión y formas de producción cambiantes. 

 

La primera temporada comienza con la voz en off de Verónica Mars explicando el funcionamiento elitista del pequeño pueblo de Neptune, división que se refleja en todas las instituciones, incluida la escuela. Después del asesinato de su mejor amiga, Verónica es destituida de su estatus perteneciente a la “clase alta” de su escuela, lo que la lleva a abocarse al negocio de investigaciones privadas de su padre y usar sus conocimientos para resolver los problemas de sus compañeros de clase. A la vez, busca encontrar respuestas a las preguntas que la atraviesan a ella y a todo el pueblo. ¿Dónde está su madre, y por qué se fue? ¿Quién fue el que la abusó? ¿El verdadero asesino de su mejor amiga sigue suelto?

 

Todas estas preguntas son introducidas en el piloto y constituyen los ejes principales de un misterio profundo que atraviesa toda la temporada, y afecta directamente a los más poderosos de Neptune, mientras se abren y cierran los arcos argumentales autoconclusivos de cada episodio. 

Las dos primeras temporadas mantuvieron este mismo formato: una serie procedimental, donde cada capítulo se ocupa de un solo caso, presentando personajes y construyendo el universo, mientras se avanza en la resolución del misterio principal que atraviesa y guía toda la narrativa de la temporada. La segunda temporada comienza con las consecuencias directas de la resolución de la primera, desarrollando los puntos sueltos de la trama. En medio de las secuelas de la conclusión, un atentado hace explotar el colectivo escolar cargado de estudiantes en el que Verónica debería haber estado. El final de la segunda temporada es un cierre definitivo tanto de la historia introducida en ésta como de la trama que se comenzó a tejer desde el inicio de la serie. 

 

La tercera temporada tuvo un cambio de estudio y de formato. Representa también un importante corte con las anteriores: ya no transcurre en el pueblo de Neptune, sino en la universidad, lugar del que Verónica casi no se moverá, con los casos a resolver ocurriendo en el campus. En lugar de continuar el formato de presentar una narrativa que se extendía a lo largo de toda la temporada, se decidió por crear arcos de misterios que tomaban pocos capítulos para resolverse. Las tramas episódicas fueron más ocasionales.

 

La serie fue inesperadamente cancelada tras la tercera temporada. Gracias al trabajo del co-escritor Rob Thomas y de Kristen Bell, en 2014 se estrenó una película como cierre definitivo para la joven detective. Se ubica nueve años luego del final de la serie, cuando Verónica debe volver a Neptune después de que su ex-novio Logan sea acusado falsamente de asesinato. La película reintroduce a los personajes de la serie original, continuando y expandiendo sus historias personales. El argumento ya no gira alrededor de un misterio entremezclado en la vida diaria de Verónica, ni es una trama en constante evolución. La duración de la película obligó a que se desarrollara una narrativa más corta y directa. Los desarrollos de personajes, la exploración de las relaciones, los problemas más cotidianos fueron dejado de lado, como una manera de condensar lo que anteriormente se había hecho en varias temporadas.

Pero ese no fue el final. Verónica Mars regresó en 2019 con una nueva miniserie producida por Hulu que ocupa el lugar de la cuarta temporada que no sucedió en su momento. Situada en la ficción cinco años después del final de la película, Verónica vuelve al pueblo de Neptune a seguir trabajando como detective privada, en lugar de continuar su carrera como agente del FBI. Mientras resuelve casos cotidianos, una serie de bombardeos a los puntos turísitcos más importantes durante las vacaciones primaverales de los estudiantes desplaza al tranquilo pueblo costero como lugar privilegiado de vacaciones.

 

Lo que diferencia a esta última temporada de las demás es que ya fue pensada en las condiciones de producción y circulación del streaming y adoptó el formato de las miniseries, asemejándose más en su estructura a una película larga. En 8 episodios, se despliega un misterio que cada capítulo contribuye a avanzar, con pocas tramas secundarias. Al igual que la película de 2014, todos los personajes son piezas de este enigma. Incluso los que parecen al margen acaban contribuyendo a la trama principal, formando parte de una gran narrativa. Esta temporada también muestra el crecimiento de Verónica: ya no es una adolescente limitada por la edad y el contexto, sino que aborda los misterios desde una perspectiva más madura, manteniendo los rasgos de personalidad evidenciados desde los primeros episodios. 

 

A pesar de todos los cambios de formato, cada temporada supo mantener lo más importante de la serie: sus personajes. Siempre se mantuvieron fieles a sus primeras apariciones, incluso los que tenían pocos momentos en la pantalla en los nuevos estrenos, con desarrollos y crecimientos que corresponden a la construcción que se hace de ellos en cada instancia de la historia.

Denise Carbajo

Estudiante de Comunicaciu00f3n Social u2013 UNR

Fan de las animaciones