Los atributos del noir serial

Por Luciana Bedini

 

En un artículo titulado “El género negro se pasa a la televisión: The Wire y The Shield”, Alberto García Martinez describe las características que ubican a estas series dentro del género negro o noir, que tiene sus orìgenes en la industria cinematográfica de los años 40. En sus sucesivos revivals, dice el autor, el género mantiene algunos rasgos típicos como la trama laberíntica, el aliento realista, la denuncia social, la ambigüedad moral y los motivos existenciales caracterizados como No way out: “un protagonista antiheroico y solitario, una atmósfera de pesimismo y alienación, y la sensación desesperanzada de que no hay escape”. 

 

El procedimental policíaco cuenta historias en las que el bien triunfa sobre el mal, la ley y el sistema son respetados porque funcionan y los ganadores y perdedores son claramente diferenciados y distinguibles. Los escenarios en los que transcurren estos relatos episódicos no son mucho más que un espacio físico. El paisaje urbano de CSI en sus diferentes locaciones es un telón de fondo para las conspiraciones criminales a las que el equipo forense se enfrenta con verdad científica, razón y lógica. 

 

En The Wire (HBO) y The Shield (FX), series estrenadas en 2002, el género negro se aleja de esas estructuras y trabaja con los grises, Ya no es tan claro el límite entre el bien y el mal en el accionar de detectives que se encuentran sumidos en un sistema corrupto y hacer lo justo no se traduce en hacer lo que se encuentra dentro de la ley. García Martínez lo describe como “una trama criminal plagada de claroscuros morales”, con un destino inexorable de tragedia para sus personajes.

 

El neo noir presenta, entonces, otros personajes, otras tramas y subtramas, y otra ciudad: una evaporización de las lealtades sociales, una ciudad violenta, criminal, trágica, en la que el sistema no funciona, la justicia es ineficaz, y por eso es necesario un tipo diferente de policía. 

 

El espacio urbano del procedimental policíaco es un entorno para la renovación de las tramas que alimentan los conflictos dramáticos necesarios para sostener el interés y la intriga, de modo que la estructura consiste en que el equilibrio que se rompe al comienzo del capítulo es restituido tras los cuarenta o cincuenta minutos del episodio. 

 

El paisaje de las series complejas con tramas acumulativas es un componente imprescindible, donde las cosas suceden es clave para saber cómo y por qué suceden. A medida que la serialidad televisiva fue creciendo, el paisaje fue conquistando fuerza narrativa y dramática, siendo una de las características más importantes del neo noir la de reflejar las fallas de la ciudad contemporánea. En The Wire, Baltimore es retratada como un espacio peligroso, se apela al realismo tanto grabando en espacios reales como optando por un relato de cadencia morosa, sin énfasis formal. 

 

Mediante la descripción de los episodios iniciales de la series The Killing, True Detective (T1) y The Sinner (T1) pretendemos reconocer algunos rasgos constituyentes del neo noir en las narrativas seriales contemporáneas, así como las cualidades que se establecen como reglas internas particulares para el desarrollo del relato en cada caso.

True Detective (T1)

La primera temporada de la serie antológica True Detective fue emitida en 2014 por HBO.  

El episodio inicial “The Long Bright Dark” se ubica temporalmente en el año 2012, cuando dos policías entrevistan a los ex-detectives Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin Cohle (Matthew McConaughey).

El relato se desarrolla en tres periodos: 1995, 2002 y 2012. Esta estructura temporal es una de las normas intrínsecas distintivas de la serie desde el primer capítulo. El tiempo de la historia va desde 1995, cuando se les presenta el crimen, y finaliza en 2012, cuando reabren el caso por su cuenta y encuentran al asesino. El tiempo del discurso es inverso: en el presente es 2012, y a partir del formato de entrevista a los dos detectives se va construyendo la historia pasada, abarcando casi toda la serie -aunque esas entrevistas duran, efectivamente, una tarde-. 

En la composición del relato, la construcción de los personajes y la función narrativa del paisaje de True Detective se reconocen los rasgos estilìsticos del neo noir, y hacen de la serie un lugar a revisitar para continuar encontrando significados.

El episodio piloto comienza con la descripción de un paisaje, valiéndose tanto de elementos visuales como sonoros. En un pastizal, un cielo oscuro, una silueta parece cargar algo, se escuchan pasos y el cantar de los grillos, luego ramas incendiándose, y por último una línea de fuego a lo lejos. Mientras, otra capa sonora es oficiada por la música de suspenso. Tras un fundido a negro, la cámara hace foco en la entrevista a Martin. 

En una columna publicada por el diario Pagina 12, la escritora Mariana Enriquez explica que la serie transcurre en el Golfo, el corazón de la industria petroquímica de Estados Unidos. La zona que abarca la serie es el corredor del Mississippi que va desde New Orleans a Baton Rouge, conocido como el pasillo del cáncer. Enriquez sostiene que el paisaje de Louisiana, además de ser escenario, es un protagonista más de la serie, propiciando una atmósfera “de enfermedad” a partir del uso del color: “los cielos y las aguas y los árboles grises, el amarillo de los atardeceres, el humo negro de las fábricas”, lo que García Martínez llamaría iconografía tóxica. Este clima de abandono, corrupción y soledad refleja el estado de ánimo de los protagonistas, y también la impunidad de los crímenes en medio de la corrupción policial y política.

Un gran plano general de las extensiones de llanura verde, atravesada por una ruta que parece no tener final, simboliza lo inaccesible, lo inabarcable, un lugar en el que fácilmente prolifera el mal, y al cual el orden y la justicia tardan en llegar o nunca lo hacen.

En ese contexto viven esos personajes complejos, de moralidad ambigüa. No el policía bueno, salvador de la ley, que restituye el orden, sino hombres atravesados por una historia tanto personal, como familiar y social, que en un sistema deficiente y corrupto, se esfuerzan por hacer lo que consideran correcto. 

Un indicio al comienzo del primer capítulo deja entrever qué rol tiene cada uno de los dos protagonistas. Luego que la cámara entra en foco, el primero en aparecer es Martin Hart, a quien los policías le preguntan ¿Por qué pensás que te emparejaste con él? Allí, Martin interesa a la historia en tanto pueda brindar información sobre su ex-compañero. Rust se pelearía con el cielo si no le gustaba su tono azul, dice. Un detalle no menor es que, aunque Martin aparece al comienzo del relato, su entrevista es posterior a la de Rust Cohle. Sus testimonios son un itinerario para la reconstrucción de los hechos de 1995 y 2002. 

Mientras Martin revela su pensamiento con palabras, Rust lo hace con actos. La pregunta inicial de los detectives a Rust refiere al caso de 1995. El interés, tanto para los detectives como para la historia está en conocer cuál es su punto de vista, no su opinión que el compañero. La primera reacción del ex-detective es prender un cigarrillo, a pesar de la negativa de sus entrevistadores, un gesto que afirma su desinterés por respetar las normas institucionales. 

Los elementos del neo noir en esta serie son perfectamente sintetizados por Pablo Manzotti en su libro Seriemanía: “Más allá de la presencia del relato en off que oficia como elemento distintivo del policial negro, la resignificación de las escenas a partir de la palabra, del testimonio de los protagonistas, en contraste a lo que realmente sucedía (en una magistral capacidad para cruzarlo con la narración omnisciente), es sustancial. Es en ese eje donde se articula la fuerza de la historia: el encuentro de dos almas muy diferentes en un purgatorio terrenal. Rust y Marty, cada uno a su modo, viven con culpa y atormentados por sus acciones pasadas y presentes”. 

The Killing

The Killing fue lanzada en abril de 2011 por AMC, tiene cuatro temporadas y es una remake de la serie danesa Forbrydelsen.

La historia transcurre en la ciudad de Seattle, repleta de edificios, con un clima neblinoso, lluvioso y un cielo constantemente gris y en los alrededores un área boscosa, frondosa, poblada de árboles, con un verde vibrante al que también se extiende el clima hostil. 

En esa dicotomía transcurre el primer capítulo, la ciudad dividida entre la pulcritud y la riqueza de la campaña del candidato Richmond y su círculo social, y la simpleza y el desorden que transmite la otra cara de la ciudad, la que ven la policía y la gente que no tiene dinero: la familia de Rosie, la escuela, las calles suburbanas.

El primer capítulo comienza con un montaje en el que la detective Linden corre por el bosque de día, mientras Rosie Larsen corre de noche, huyendo de alguien que la persigue. La detective es, de algún modo, el cierre de la brecha que existe entre el bosque y la ciudad, es quien, desde los altos cargos de la política de Seattle, controla la anarquía que se imprime en ese espacio inabarcable e incontrolable, donde la frondosidad y la humedad parecen ser buenos lugares para esconder la oscuridad que derrama la vida cosmopolita. 

The Killing, como True Detective, presenta también una pareja de protagonistas detectives con personalidades distintas. Holder, ingenuo, torpe, llega en lo que iba a ser el último día de Linden en la policía, tras la experiencia de años de trabajo en la fuerza. En el primer viaje juntos en auto, atravesando la lluvia en medio de una ciudad que denota abandono, Holder le dice a Linden que trabajar en homicidios debe ser mejor que en otras áreas de la policía, porque atrapás al malo. Ella responde: ¿y quién es ese?, y él indaga: ¿por eso huís? ¿porque no sabés?

Este diálogo reproduce un rasgo del neo noir: la convicción de que es imposible atrapar al malo, porque ya no es una sola persona, ni el que comete un acto delictivo. Acá “the bad guy” es también la política y son los altos cargos del poder de la ciudad. Holder explicita la tensión de Linden entre la promesa de una vida soñada que comenzaría con un vuelo esa misma noche, y su deseo de hacer justicia a pesar de la pérdida de esperanza. La experiencia hace de Linden un personaje que mira con desconfianza, que duda de los indicios que parecen orientados en una única y clara dirección. Linden duda de la certeza de explicaciones más bien simplistas. Al comienzo de los rastrillajes para encontrar a Rose, el jefe de policía minimiza la desaparición, sostiene, que son cosas de adolescente, que seguro está con su novio, que deje de preocuparse. Pero Linden observa el paisaje con detenimiento hasta encontrar la pista que lleva al cuerpo. 

A diferencia de las primeras temporadas de The Sinner y de True Detective, el caso es motorizado por una desaparición, y el cuerpo es encontrado al final del capítulo, sembrando antes algunos indicios de quienes podrían estar implicados, como la amiga de Rose y el candidato Richmond. 

Hacia el final del episodio piloto, el cliffhanger es una declaración narrativa y, a la vez, el indicio que ata dos historias que se superponen en repetidas ocasiones: por primera vez cuando aparece una pancarta de Richmond, luego cuando van a la escuela de Rose a dar una charla, y finalmente cuando encuentran el auto con la patente de la campaña de Richmond. 

De este modo, se abren tres líneas narrativas: la de Linden y Holder con el caso de Rose; la de la familia de Rose, cuyos padres tienen personalidades bien demarcadas en este primer capítulo; y la de Richmond y su entorno, con tres personajes llamativos. 

Un gran plano general de la ciudad se utiliza para pasar de un lado de la historia al otro, una ciudad llena edificios, lluviosa, neblinosa, inabarcable e inaccesible. La ciudad es presentada como un lugar oscuro, corroído por el mal clima y la corrupción, que absorbe a quienes quieren torcer el destino trágico de su gente. En la escena en la que Holder y Linden se conocen, Holder se refiere a Sonoma, el lugar al que ella se muda:  “buen clima, mar, playa, detesto esas cosas”. Linden responde: “debés amar este lugar, entonces”.  

En línea con el ritmo de la ciudad y sus consecuencias el uso del celular y el montaje paralelo, para que la trama se desarrolle para varios de los personajes. Cuando la madre de Rose se entera que encontraron a su hija porque el padre está allí, mientras se encontraban en medio de una llamada. El latir de la ciudad se escurre entre los vínculos interpersonales, generando contactos breves, acelerando los mismos sucesos, incluso en momentos en los que el tiempo parece detenerse debido al dolor que atraviesan los personajes. 

La música abona a la construcción del misterio, junto a los planos cortos que transmiten el estado emocional de los personajes, o los planos en los que predomina el suspenso en torno a los hechos.

The Sinner (T1)

Entre las cuatro temporadas que tiene The Sinner, serie antológica, la primera resulta particularmente interesante porque se puede realizar una meta-lectura: al igual que el detective Ambrose se embarca en una investigación que a ojos de todos ya parece estar resuelta, el devenir de la serie acompaña esa sensación de ir contra la corriente, a paso lento, buscando indicios mínimos y observando lo sucedido desde distintos ángulos.

 

Cora y Mason son una familia que recién se está formando, casados hace tres años y con un pequeño hijo, trabajan juntos en la empresa familiar de Mason. En su dinámica cotidiana, la familia de él está presente, mientras que la de ella sólo lo está en recuerdos tristes, que surgen en momentos específicos a lo largo del primer capítulo. La casa de Cora tenía motivos religiosos, y en su hogar estaban atentos a la mirada de Dios. Ella recuerda una madre poco amorosa, de mirada fría, que un día vuelve del hospital con su pequeña hermana y la culpa por la debilidad de la bebé. 

 

Un día, Cora y Mason van a la playa con su hijo. La mujer se aleja a nadar más allá de lo permitido. Esa playa luminosa, repleta de gente disfrutando del día soleado, termina por convertirse en escenario del horror, cuando la música que escucha un grupo de personas empieza a sonar más fuerte en sus oídos. En un plano corto, sus ojos llenos de lágrimas, aturdida, se levanta y asesina al chico que estaba poniendo la canción. Este es el evento núcleo de la historia, que motorizará la narrativa, el evento que tuerce el rumbo de la vida de Cora. Un enigma que se va profundizando a lo largo de la serie, el empapelado de la pared, y una norma intrínseca: dosificar indicios cuyo significado es totalmente desconocido. 

 

The Sinner es una serie policial con tintes del neo noir. Está el detective en extremo comprometido con el caso, trabajando para desentrañar una historia compleja. En un drama procedimental, la resolución del conflicto no tendría más relevancia  que la restitución del orden. Acá, todo está en aparente orden, un orden trágico: Cora asesinó a un joven frente a muchos testigos y admite que lo hizo. Pero no sabe por qué. El jefe del detective Harry Ambrosey y su compañero sostienen que es inútil profundizar y dan por resuelto el caso, lo asocian a un acto pasional, impulsivo. Pero Ambrose sabe mirar más allá, mira el paisaje que lo rodea, lo lee, mira  las plantas, escucha con atención a las personas y a los detalles que los demás encuentran insignificantes. Al volver a la escena del crimen, observa a su alrededor y dice que los pinos están enfermos, “un ecosistema desequilibrado”.

 

Como Rust de True Detective, la vida personal de Ambrose no se encuentra en orden. Sufre de insomnio, está enamorado de una prostituta con la que mantiene un vínculo masoquista. Un plano corto describe su relación: él arrodillado frente a ella, con un vaso de whisky a su lado.  

 

The Sinner presenta un paisaje espectacular, un río rodeado de pinos cercado por boyas que Cora traspasa, nadando hacia el peligro. Un paisaje que tendrá vedado tras cometer el crimen, y la fluidez se endurece en celdas, salas de juicio, y ropa descolorida. 

 

Cora es un personaje consciente de su sufrimiento, atravesada por su historia personal. Detenida en la cárcel, en un acto de renuncia a ella misma y a sus deseos, le dice a su marido que haga lo necesario para encontrar tranquilidad, sin pensar en ella, le agradece por haber sido un esposo maravilloso “nunca pensé que iba a tener una vida normal y la tuve, gracias a vos”.

 

En la escena final del primer episodio de The Sinner vemos a Cora en el juicio, sólo ella en foco, primero de espaldas, y luego de frente. ¿Cómo se declara?, pregunta la jueza, y cuando la acusada abre la boca para responder corren los créditos. 

 

Convenciones y variaciones de un género

A diferencia del policial procedimental, la estrategia narrativa del neo noir serial no tiene como único objetivo resolver un crimen para restituir el orden, el relato tiene una densidad  filosófica y psicológica. La resolución del caso es el camino para concer a los detectives, personajes complejos atravesados por sus conflictos personales y por un contexto de corrupción política y crisis social. El género invita, entonces, a reflexionar sobre la naturaleza humana, sobre el funcionamiento de las instituciones y de la sociedad, entre otros aspectos.

 

En The Sinner y en True Detective el cuerpo como huella del crimen aparece al comienzo del episodio piloto. El caso de The Killing es impulsado por una desaparición y el cuerpo se encuentra al final del capítulo, sembrando antes algunos indicios de quienes podrían estar implicados en esa muerte. 

La pareja de detectives  despierta otra tensión, porque aparece la posibilidad de un vínculo amoroso. Distinto de lo que sucede cuando nos encontramos con un detective trabajando solo, las historias de amor suelen enganchar al espectador con otra lógica dentro del relato.

 

Mediante la noción de alineación Murray Smith explica las conexiones que los espectadores sienten con los personajes, y cómo la narrativa ficcional gestiona lo que sabemos y experimentamos con ellos. La alineación tiene dos componentes: el apego -en el que seguimos las experiencias de personajes particulares-, y el acceso a estados subjetivos interiores de emociones, procesos de pensamiento y moralidad. Aunque el apego puede variar, en estas series la alineación se da con los detectives, indagando en su vida privada, atravesada por un desorden. Conocemos sus estados emocionales tanto por los planos cortos y los diálogos, como por el ambiente que los rodea, ese paisaje del noir que tiene peso narrativo y no es solo un telón de fondo. 

 

Mittel sostiene que los espectadores infieren y construyen estados interiores de los personajes a través de marcadores externos. En The Sinner el espectador es testigo del crimen de Cora y accede al estado emocional de la asesina, tanto antes como después. Los planos generales muestran a Cora pequeña en relación a un paisaje enorme, mientras que los planos cortos muestran la preocupación y la tristeza de su rostro. También el vínculo con su hijo denota una protección vinculada al miedo, al deseo de controlar lo que sucede para que no se salga de su cauce.  

 

The Killing y The Sinner proponen relatos no confiables: no todo es como se muestra, y no todo es lo que vemos. Un aspecto clave en el neo noir es que la vida de los detectives reviste relevancia e influye en la investigación. Sarah y Holder, como Rusta y Martin, trabajan juntos y no hablan sólo del caso que tienen frente a ellos.

 

Mientras en el procedimental los detectives son casi superhéroes, en el morir serial contemporáneo Ambrose, Cohle y Linden se dedican de lleno a resolver los casos, sin importar que eso interfiera en sus vidas. La pasión que depositan en sus tareas tiene que ver con asuntos o traumas no resueltos de su vida privada, el trabajo funciona como sublimación. 

 

En The Killing existe la ciudad en aparente orden, la vida cosmopolita como un refugio de rapidez y aparente eficiencia, en True Detective el paisaje remite a la lentitud, al aplomo del paisaje rural y la incapacidad de conocer lo que allí sucede y en The Sinner, la naturaleza parece hablar del enigma, los grandes cuerpos de agua, calma pero misteriosa, remiten al estado interior de Cora.

Luciana Bedini

Estudiante de Comunicación Social – UNR

Le gusta el cine, la literatura y la filosofía.