Lo queer en primer plano
Por Salomé Davida
El mundo de la ficción siempre retrata de alguna manera a la realidad y sigue las tendencias contemporáneas de las relaciones humanas. La homosexualidad, bisexualidad o transexualidad no son temas nuevos, pero si es relativamente nueva la visibilidad y problematización de los mismos. En los últimos 20 años en el mundo de la televisión han aparecido numerosas series con personajes LGBT, pero no todas problematizan las singularidades propias de cada espectro de la sexualidad. En este artículo se destacan cuatro series que además de tener personajes pertenecientes a la comunidad, exponen reflexiones sobre las vidas de cada uno de ellos, sus problemas internos y los desafíos que enfrentan en la vida en sociedad.
Sex education
Pionera en tratar a la sexualidad sin tapujos ni tabúes, esta serie está llena de personajes que representan distintos modos de ser LGBT.
Otis es un adolescente tímido cuya personalidad se encuentra alejada del estereotipo de hombre blanco heterosexual. A pesar de tener una madre sexóloga y de mentalidad abierta, a Otis le da vergüenza todo y no se le facilita hablar con las chicas que le gustan ni es popular en la secundaria. Junto con su amiga Meave, quien atraviesa una situación familiar y económica compleja, deciden poner una “clínica sexual” en la escuela por la que cobran cada asesoramiento, siempre desde el respeto y el cuidado por el otro.
Sex education es una serie que no tiene vergüenza de nada, con personajes histriónicos, colores y múltiples matices de diversidad sexual.

Heartstopper
Basada en las novelas gráficas de Alice Oseman, la serie sigue la historia de Nick y Charlie, dos adolescentes que están descubriéndose a ellos mismos mientras al mismo tiempo intentan comprender qué es eso que pasa entre ellos.
Charlie es un chico tímido y dulce que sufrió bullying en el pasado cuando fue sacado del closet sin su consentimiento y si fuese por él preferiría pasar desapercibido en la escuela. Nick es un adolescente hegemónico y simpático, jugador de rugby en el equipo de la escuela y amigo de compañeros que suelen molestar a Charlie y a su entorno. A pesar de venir de dos mundos diferentes, el amor surge desde la primera vez que se miran.
Los amigos de los personajes principales también tienen protagonismo en algunos episodios de la serie, donde se problematizan distintos espectros dentro de la comunidad como la transexualidad y la asexualidad.
Lo que hace a Heartstopper una serie que se mira con una sonrisa en la cara es la sutileza con la que expone el cariño que sienten los personajes, tanto los vínculos sexo afectivos como los de amistad. Está todo retratado, tanto desde lo visual como desde lo narrativo, con una mirada extremadamente tierna e inocente.

Big Mouth
La serie sigue a un grupo de preadolescentes. Cada episodio aborda una problemática propia de esa edad: la menstruación, el autoplacer, la ansiedad por la llegada de la pubertad. Los personajes de Big Mouth representan un amplio espectro de personalidades, orientaciones sexuales, etnias y religiones, que se introducen de manera orgánica y real, lejos de los mandatos culturales de la corrección política.
Esta serie animada animada y fantástica abre la posibilidad de que cada niño tenga a un “monstruo hormonal”, una especie de pepe grillo escatológico que raras veces pone límites.

Euphoria
Euphoria transcurre en East Highland, un pueblo ficticio que se percibe como un lugar del que todos quieren escapar. Es, sin duda, la más oscura de las series recomendadas. Lo que une a los personajes de la serie es el sufrimiento, cada uno de ellos padece de una u otra manera su vida. Trata temas como los altibajos de las relaciones amorosas, vínculos violentos, padres ausentes e irresponsables y estereotipos en torno a las corporalidades.
Rue, la protagonista, lucha contra su adicción a las pastillas y no ve nada alentador en su vida hasta que llega Jules, una chica transexual que parece un hada de ensueño, pero que también lidia con sus propias dificultades: problemas familiares, cuestiones con su identidad y dificultades para encontrar su lugar en las relaciones con los hombres.
Visualmente, Euphoria es un antes y un después en el mundo de las estéticas seriales. Se caracteriza por el uso de colores neón, luces con diferentes tonos, destellos y ambientes saturados que da una sensación psicodélica, reflejando el estado interno de los personajes. El maquillaje (purpurina, delineados expresivos, brillos) dejó de ser decorado para volverse parte de la narración visual, marcando tendencias incluso fuera de la pantalla (en redes, moda, etc.).


Salomé Davida
Estudiante de Comunicación Social – UNR
Le gusta ir al cine y leer literatura