Hecho en México

 

Por Ari Piccioni

Ficha técnica: La Máquina. Origen: México, Estados Unidos. Creadores: Marco Ramírez, Fernanda Coppel.

Actores: Gael García Bernal, Diego Luna, Eiza González, Lucía Méndez.

Un boxeador veterano y su entrenador buscan un último combate para recuperar la gloria perdida. Así arranca La Máquina, la primera serie original en español de Hulu y Disney+.

La historia continúa explorando los sacrificios personales y profesionales que los protagonistas deben afrontar en su camino hacia la redención, mientras lidian con las exigencias físicas y emocionales del boxeo. Con una narrativa que combina la lucha por sobrevivir en el mundo del deporte y los desafíos internos que los personajes enfrentan, la dupla de Gael García Bernal y Diego Luna vuelve a convivir en la pantalla.

 

El eje principal de la serie es la relación entre los dos protagonistas y cómo ambos han compartido años de vida en un ambiente de constante presión, haciendo visible una amistad similar a la de los actores en la vida real. A medida que avanzan los episodios, las tensiones aumentan y revelan las grietas en su vínculo. Por momentos con toques de humor y sentimentalismo, la serie retrata con sutileza los momentos de apoyo y de conflicto que experimentan, permitiendo que el espectador sea testigo de sus sentimientos.

La construcción visual de La Máquina ayuda a transmitir la dureza y crudeza del boxeo. Las escenas de entrenamiento y combate están rodadas con un estilo realista que enfatiza el impacto físico de cada golpe. No se trata solo de una demostración de fuerza, sino de una expresión de las emociones contenidas de los personajes. La cámara sigue de cerca cada movimiento, logrando capturar la fatiga, el esfuerzo y las pequeñas victorias que se dan dentro del ring.


Pero la serie no se limita al deporte. Los protagonistas, aunque dedicados al boxeo, también deben enfrentar problemas personales que afectan su desempeño y sus relaciones. El desgaste emocional se hace presente en cada episodio, reflejando cómo las expectativas y los fracasos pasados pesan sobre sus decisiones actuales. La narración consigue mantener la tensión al entrelazar estos conflictos internos con las dificultades que presentan los combates. La aparición de Eiza González (Auggie Salazar en El problema de los tres cuerpos) como la esposa de “La Máquina” Osuna, suma una dimensión donde la familia tiene un rol protagónico de estos conflictos.

Uno de los aspectos más interesantes de la serie es la manera de abordar el proceso de envejecimiento y las limitaciones físicas que trae consigo. El boxeador, consciente de que está en el ocaso de su carrera, lucha por mantenerse relevante en un mundo que rápidamente lo olvida. Su entrenador, por otro lado, intenta protegerlo, pero también enfrenta sus propios miedos sobre el futuro. Este enfoque le otorga una dimensión profunda a la serie, que no se limita a glorificar el deporte, sino que muestra sus efectos devastadores en quienes lo practican y los pormenores detrás de las peleas arregladas.

 

Los gimnasios oscuros, los vestuarios desgastados y las luces tenues contribuyen a crear un ambiente opresivo. En La Máquina no se idealiza el mundo del boxeo, por el contrario se lo muestra como un espacio de lucha constante, tanto física como emocional.

 

A lo largo de los seis episodios de la miniserie, se revelan detalles del pasado de los protagonistas, lo que añade capas de complejidad a sus motivaciones. Estas revelaciones no se presentan de manera explícita, sino que se van desgranando a medida que la serie avanza, lo que favorece una evolución más orgánica de la trama.

Aunque tiene muchos puntos a favor, La Máquina presenta algunos aspectos no tan logrados. En el desarrollo de la historia se abren arcos narrativos que quedan inconclusos o con cierres demasiado apresurados, dejando en el espectador una incertidumbre sobre el relato. Además, la exageración de algunas situaciones cómicas (el exceso de cirugías del manager interpretado por Luna o la relación tóxica con su madre), van en detrimento del objetivo de la serie y terminan por no causar gracia, rozando por momentos el ridículo.

 

A destacar las actuaciones de Diego Luna y Gael García Bernal que aportan autenticidad a la historia. Ambos protagonistas, con una larga trayectoria de colaboración (recordados por sus películas conjuntas Y tu mamá también, Rudo y Cursi y Casa de mi padre), logran transmitir una química palpable que enriquece la relación de sus personajes. Sus interpretaciones se caracterizan por la sutileza y el control emocional, lo que les permite mostrar las vulnerabilidades de sus personajes sin recurrir a excesos dramáticos.

Ari Piccioni

Licenciada en Comunicación Social. Docente en Comunicación Visual Gráfica I (UNR).  Amante de las series nórdicas y con zombies.