El silencio terminó

Por Denise Carbajo

 

Ficha técnica: Clarice. Origen: Estados Unidos. Año: 2021. Creada por Alex Kurtzman y Jenny Lumet.

Actores: Rebecca Breeds, Devyn A. Tyler, Lucca De Oliveira, Kal Penn, Nick Sandow, Michael Cudlitz.

Las expansiones universos narrativos establecidos no tienen fecha de vencimiento. Por eso, a 30 años de su estreno, volvemos a ver una continuación de “El silencio de los inocentes”, esta vez enfocada en el personaje protagónico de la recordada película, Clarice Starling. Un año después de haber detenido al asesino serial Buffalo Bill, Clarice (Rebecca Breeds) continúa su trabajo en el FBI fuera del campo, equilibrando el tratamiento psicológico de su trauma con su vida laboral. Cuando parece que hay un nuevo asesino serial que ataca mujeres, la nueva fiscal solicita a Clarice, una cara mediática, que vuelva al terreno como parte de un grupo especializado en crímenes violentos. 

 

En medio de la investigación de un caso más complejo y enredado de lo que creía, la detective busca resolver su propio trauma. La trama de esta secuela seriada queda en segundo plano, para profundizar en la exploración del personaje de Clarice. A través de las sesiones de terapia, se revive lo que realmente pasó mientras trabajaba en el caso de Buffalo Bill y se describe la complicada relación de Clarice con su familia, que marcó toda su vida, y que no puede terminar de entender. Así, el relato se divide en dos: por un lado, una mirada profunda enfocada en su protagonista; por otro, la investigación de los crímenes en el presente. 

A lo largo de 13 episodios acompañamos a la detective en este descubrimiento de su pasado, explorando los recuerdos confusos a medida que resurgen. Recuerdos fragmentarios, imágenes sueltas que el espectador, alineado con Clarice, no termina de comprender. La historia se sumerge en las consecuencias que tienen en su personalidad los traumas vividos. La mirada sobre su infancia y la conflictuada relación familiar, un aspecto apenas mencionado en la película, se profundiza en la serie, configurando un estudio del personaje. 

 

A la vez, la serie adopta una estructura procedimental, con casos o situaciones autoconclusivas que no siempre contribuyen a la trama principal, lo que también da lugar al desarrollo de historias secundarias que se alejan por momentos de la investigación. Como la de Catherine, la mujer que Clarice logra salvar al final de la película. Con un trauma similar al de Clarice, Catherine representa un peso continuo sobre ella, arrastrándola hacia un lugar del que no está segura de poder salir. Aunque Clarice es la protagonista, todos los personajes que conforman el equipo tienen un desarrollo profundo de sus conflictos, equilibrando de esta forma la investigación del caso con la descripción de los personajes. 

 

La serie, a pesar de plantearse como  una secuela a la película de 1991, se aleja de ésta y de la novela original, materiales que habían sido retomados en producciones anteriores del universo, como la serie precuela Hannibal (2013). La producción introduce un relato original que ahonda en el personaje de Clarice a partir de un perfil ya presentado en la película. 

 

Más allá de la recuperación de ciertos aspectos ya planteados en la película, el vínculo de la serie con el film original se difumina hasta conformar a la detective como un personaje nuevo. Los personajes de la película que reaparecen en la serie son los más secundarios, de los que no se conocía lo suficiente como para apreciar una evolución en la serie; el resto, son originales de la narrativa seriada.

Esto habilita a que no se replique una historia existente y abre el camino a un relato que puede seguir su propio curso. ¿Por qué entonces definirla como una secuela y no como una historia autónoma?. Las referencias a Buffalo Bill son repetitivas, como si los productores no quisieran que nos olvidemos que esto es una secuela. Sin embargo, los puntos de contacto  que mantiene con la película son los más insignificantes, los más impersonales. Clarice (la serie) parece quedar atada a una historia ya existente, cuando podría haber propuesto un argumento original que tuviera más libertad sobre su devenir. 

Clarice (la serie) no necesita ser una secuela, ni que constantemente nos recuerde que a estos personajes ya los vimos. Se vale por sí misma, con una exploración de una protagonista compleja e interesante de acompañar a lo largo de los episodios. 

Denise Carbajo

Estudiante de Comunicación Social – UNR

Fan de las animaciones