El futuro en el encierro

Por Ari Piccioni

 

Silo y Snowpiercer presentan dos distopías que, aunque distintas en su planteamiento, exploran temas similares relacionados con la supervivencia, el control social y las dinámicas de poder en escenarios post-apocalípticos. Silo sitúa su historia en una estructura subterránea donde la humanidad se refugia tras un desastre ambiental. Snowpiercer la humanidad residual viaja en un tren que recorre sin cesar un mundo congelado. Ambas ficciones cuestionan los límites del control y la manipulación que los grupos dirigentes ejercen sobre la sociedad y la convivencia de personas en espacios físicos cerrados.

 

La trama de Silo explora la vida en un refugio donde los habitantes, divididos por niveles y jerarquías, viven bajo reglas estrictas. El exterior es inhabitable y salir significa la muerte. Es un sistema cerrado donde la información está controlada, y el cuestionamiento de las normas supone un riesgo para quienes buscan la verdad. La serie gira en torno a la búsqueda de respuestas por parte de algunos personajes que, al desconfiar del sistema, intentan descubrir lo que realmente ocurre fuera de las paredes del silo.

En Snowpiercer la sociedad vive en un tren en constante movimiento, encerrada en mil y un vagones que recorren un planeta sumido en una nueva era glacial. La estratificación social es evidente: los pasajeros se dividen en clases, desde la élite que ocupa los primeros vagones hasta los marginados que sobreviven en la cola del tren. La lucha por el control es una constante, y los conflictos entre clases reflejan las tensiones por la desigualdad y la injusticia social que el sistema perpetúa. El tren simboliza un microcosmos del mundo, donde la movilidad está estrictamente controlada y las revueltas por la libertad se castigan con dureza.

 

Aunque con algunas diferencias, ambas series comparten una exploración del control sobre el acceso a la información y su altísimo valor para la vida en el encierro. En Silo, los líderes mantienen a la población en la ignorancia, administrando el conocimiento sobre el exterior. El tren Snowpiercer simboliza el acceso a recursos y poder. El conocimiento es un bien preciado, del cual depende la posibilidad de cambiar el orden establecido. Los protagonistas de estas series se encuentran en una constante lucha por descubrir verdades ocultas y desafiar a quienes los mantienen subordinados.

El diseño visual post-apocalíptico de estas historias distópicas también refleja el estado de las sociedades que representan. Silo utiliza un espacio subterráneo frío y confinado, en el que los habitantes viven aislados en compartimentos que materializan la opresión. Los colores apagados y los escenarios claustrofóbicos refuerzan la idea de una sociedad limitada en su movilidad y libertad. Snowpiercer juega con el contraste entre el lujo de los primeros vagones y la miseria de la cola. El tren, con sus espacios reducidos y movimiento constante, transmite una sensación de encierro, a pesar de estar en movimiento perpetuo.

 

Las tensiones entre clases y el control social son temas centrales en ambas series, pero cada una aborda estas problemáticas desde ángulos diferentes. El conflicto de Silo se presenta a través de la manipulación psicológica y el control de la verdad, mientras que en Snowpiercer, la lucha es más física, con enfrentamientos directos por el poder y la supervivencia. Las dos sugieren que la resistencia al control y la búsqueda de la verdad son procesos difíciles, pero necesarios para la liberación.

Finalmente, tanto Silo como Snowpiercer abordan la cuestión de la sostenibilidad de sus sistemas cerrados. El colapso parece inevitable, lo que plantea un debate sobre las formas alternativas de sobrevivir en un mundo hostil. En el silo, la duda sobre la veracidad del entorno exterior se convierte en un eje central. En el tren, la pregunta es si se pueden seguir manteniendo a todos los pasajeros indefinidamente, dado que el agotamiento de los recursos se hace evidente con el paso del tiempo. 

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Ari Piccioni

Licenciada en Comunicación Social. Docente en Comunicación Visual Gráfica I (UNR).  Amante de las series nórdicas y con zombies.