El Eternauta en contexto
Por Nicolas Rufine
Ficha técnica: El Eternauta. Origen: Argentina. Creador: Bruno Stagnaro
Actores: Ricardo Darín, Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra, Ariel Staltari, Marcelo Subiotto, Mora Fisz, Claudio Martínez Bel y Orianna Cárdenas
En tiempos de expansión mundial de la prédica individualista, los discursos de odio y el ascenso al poder de partidos de derecha, el lanzamiento global de la serie argentina El eternauta, dirigida por Bruno Stagnaro (Okupas) producida por Netflix y protagonizada por Ricardo Darín volvió a abrir debates trascendentales.
La brillante adaptación de la historieta de culto creada por Héctor German Oesterheld y Solano López a fines de la década del 50, finalmente fue estrenada el 30 de abril de 2025 generando en los días posteriores una conversación de dimensiones gigantescas.
El desafío de hacer material audiovisual de ciencia ficción de alta calidad por primera vez en Argentina viene de la mano con la expectativa generada ante la posibilidad de la apertura global de nuevas y grandes puertas a la industria del sector.

La dificultad inicial es adaptar una obra de culto del mundo del comic nacional seis décadas después, teniendo que tomar decisiones fundamentales para la estrategia argumental, ante un público potencialmente sensible a cualquier modificación que se aleje del libreto original propuesto en la historieta, y con una de las mayores e inevitables afrentas que se le puede hacer a los lectores de la industria de la narrativa gráfica: ponerle voz a los personajes que hasta recién solo estaban en la cabeza de cada uno.
La ineludible cuestión de las lecturas políticas acompañan a El Eternauta desde su nacimiento en septiembre de 1957. Dos años después de los bombardeos a la plaza de mayo que derivaron en el derrocamiento de Perón con un golpe estado y su inevitable exilio, Oesterheld escribe una historia donde una nieve toxica cae del cielo trayendo muerte, destrucción, terror y también resistencia. Un enemigo difuso sin nombre, desconocido, implacable e inédito amenaza con terminar con el mundo tal y como lo conocemos.
La resistencia fue también la denominación de aquellos militantes peronista que se reagruparon para sobrevivir a la triste noche que los libros de historia llaman Revolución Libertadora. En la serie de ficción se elabora un plan para realizar una acción a bordo de un tren que se encuentra en José León Suarez, lugar donde en la historia real ocurrieron los fusilamientos a peronistas de los que Rodolfo Walsh nos cuenta en Operación Masacre y el punto de encuentro de los sobrevivientes en la serie es Campo de Mayo, lugar en el que se presume estuvo, en 1977, detenido clandestinamente Oesterheld, donde el terror, el aislamiento, la incomunicación total, el enemigo invisible, son sublimes metáforas que remiten inevitablemente a las posteriores circunstancias de su desaparición.

El creador de la primera y más importante novela gráfica argentina está desaparecido desde el 27 de abril del 77, la misma suerte corrieron sus cuatro hijas, sus yernos y dos de sus nietos. Significativamente el estreno mundial de la serie se dio el 30 de abril, mientras la canción Credo de Ariel Ramírez que musicaliza la escena más épica del episodio 4 dice: “…Padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó entre los muertos…”
Al igual que en la historieta, la serie de ficción nos describe una invasión de corte imperialista por parte de una fuerza extraterrestre poderosa que lleva a la acción defensiva de los protagonistas. A contrapelo de la lógica del descarte, imperante en el pensamiento neoliberal, proclamar que “lo viejo funciona” tal como hace Favalli, luego de descubrir que los autos de mayor antigüedad eran los únicos que arrancaban, es también una declaración política. Si nos ponemos de acuerdo en que lo político es mucho más que lo partidario, resulta evidente que El Eternauta es una obra absolutamente política. La negación a la opresión, la construcción de comunidad, la necesidad de libertad e incluso el volver al afecto como trinchera son conductas políticas.
En este contexto deshumanizante y deshumanizado llega la serie El Eternauta a llenar de sentidos en un resurgimiento de la conversación sobre temas que revisten de interés frente a crisis social, ambiental y civilizatoria en la que estamos inmersos.
Oesterheld supo afirmar que para él el único héroe válido es el héroe en grupo, no el héroe individual. Al hacerlo dialoga y confronta con el modelo tradicional del héroe prototípico en el que todos nos referenciamos, el protagonista que es un modelo a seguir aun en su inalcanzable talla de superhombre.
El héroe de El Eternauta se desmarca del arquetipo del héroe clásico no solo por ser colectivo sino también por la contradicción, los matices, la condición humana con sus defectos y virtudes, exacerbadas por el entorno distópico que pone a prueba la integridad en cada decisión, exponiendo de qué madera está hecho cada personaje.

La adaptación que presenta Netflix funciona a la perfección, conserva la esencia de la historia original y la mejora mediante una actualización que resulta vital para el funcionamiento de los engranajes narrativos. De esta forma tenemos a un protagonista, Juan Salvo, que es veterano de la guerra de Malvinas, experiencia que resulta central para su desenvolvimiento en esta ciudad de Buenos Aires postapocalíptica donde no faltan adversidades por superar. El director y guionista Bruno Stagnaro confiesa que la decisión de que el Juan Salvo de la serie sea un héroe de Malvinas fue producto de la necesidad de adaptar el papel protagónico original al ya maduro actor que lo interpretaría, ni más ni menos que Ricardo Darín, en la actualidad el actor argentino con mayor renombre internacional. Si el Juan Salvo de la serie iba a ser un sexagenario entonces podía ser un veterano de guerra y eso resolvía un gran problema en la coherencia de la trama, explicando sus habilidades militares e incorporando conflicto dramático en flashbacks que lo sitúan en el contexto de las islas, en la histórica batalla de Monte Longdon y sus consecuentes traumas en el presente. Resulta celebratorio la reivindicación de los veteranos en esta ficción que alcanzó la cima mundial del ranking de visualizaciones en la plataforma.
Lo nacional se manifiesta en cada detalle y gusta, adentro y afuera. El argentino promedio se ha permitido inflar el pecho con orgullo en una situación resarcitoria de su propia condescendencia. No es que Argentina sea el mejor país del mundo, se trata en cambio de la necesidad permanente de constatar que al menos no es el peor de todos. Por eso mientras algunos festejan que aparezcan Los Palmeras en una cartel publicitario de vía pública en la Buenos Aires del fin del mundo, otros disfrutaran de escuchar a Manal, Soda Stereo, Gardel o Mercedes Sosa, y no faltará quien se extrañe viendo alusiones a las asambleas barriales de 2001 en un producto de Netflix o quien llore de emoción al ver nuevamente a la fuerza aérea del Perú solidarizándose con nuestra causa. Algunos saltarán del sofá al ver a Darín matando extraterrestres con una ametralladora en plena General Paz, otros festejarán el llavero de la Scaloneta, la tortilla santiagueña, la recurrente Gilda, el sticker del Gauchito Gil o un grupo de personas bailando una chacarera de los hermanos Ábalos en un shopping convertido en refugio nuclear.
Las costumbres, tradiciones, modismos, idiosincrasia y mística argentina se ven fielmente reflejadas en la serie, en la facilidad de adaptación e improvisación que tenemos en este suelo, superando adversidades con lo que se tiene a mano. Atarlo con alambre es una especialidad bien nuestra de la que surgen varias soluciones como el icónico traje de Salvo.

La sensación de ver en esta superproducción acción de alta calidad a bordo de autos nacionales entrañables como la cupé Torino, Citroën Mehari, Renault 12, camionetas Ford F-100 o colectivos Mercedes Benz 1114 es una emoción adicional desbloqueada para la audiencia argentina, pero además los televidentes globales podrán sumergirse en un curso acelerado de argentinidad, no desprovisto de truco, tango, rock nacional, piquetes, cacerolazos, resistencia a la opresión, solidaridad, temperamento, humor y nostalgia, y como no podía ser de otra manera en este país, la catástrofe ocurre en diciembre.
Las mejores frases de El Eternauta quedan en la memoria:
-Mirá, se terminaron de invertir los polos. El sur es el nuevo norte – TANO
-Hace dos días que está cayendo del cielo una mierda tóxica que te toca y te mata – JUAN SALVO
–Ahora viene la parte en que nos matamos todos contra todos por los recursos, como en esas series de mierda que te gustan a vos –LUCAS
-Campo de mayo, no puedo pisar ese lugar, me muero ahí – JUAN SALVO
– ¿Después de todo lo que pasamos vos todavía no aprendiste que acá no se trata de salvar el culo de uno solo? – LUCAS
– Vamos a cerrar el barrio – Ah mira que bien, ¿van a poner un Country? – TANO
-Y creían que con wifi se solucionaba todo… no somos nada- LUCAS
-Y eso que al verdadero enemigo no le vimos la cara todavía – TANO
-Pensá Juan Salvo, si fuera tu hija, ¿Cómo te gustaría que la trataran?- ELENA
-¿Qué te crees el sargento Cabral?- TANO
-Un loco suelto va a haber por todos lados, por eso más vale no separarse de la manada- OMAR
-El whisky es como el tango, te empieza a gustar cuando te ponés grande- LUCAS
-La brújula anda bien, lo que se rompió es el mundo – TANO
-¿Vos me estás dando órdenes? Yo ya tuve un padre – ANA
-No se trata sólo de sobrevivir, sino de recuperar nuestro hogar – MENSAJE DE ALTOPARLANTE
-Nuestra nación enfrenta a un enemigo desconocido, un ataque sin precedentes ha sumergido a nuestras calles en la oscuridad y el silencio, pero no estamos derrotados, la resistencia vive- RUPERTO MOSCA
-Lo lindo del truco es que en la próxima mano ya tenés revancha- LUCAS

Nicolás Rufine
Estudiante de Comunicación Social
Auxiliar del seminario Análisis y crítica de series
ficcionales – UNR