Dickinson: un remix de época

Por Luisina Berasi

Ficha técnica: Dickinson. Origen: Estados Unidos. Creadora: Alena Smith.

Actores: Hailee Steinfeld, Jane Krakowski, Toby Huss, Anna Baryshnikov, Ella Hunt, Adrian Enscoe, Amanda Warren y Chinaza Uche.

Esta no es la historia sobre la vida miserable de una escritora que obtuvo reconocimiento después de su muerte, ni tampoco la de una jovencita que le enfurecía no tener autonomía y usar corsets (un poco sí).

 

Dickinson, la serie sobre la poeta estadounidense Emily Dickinson, se estrenó en 2019 y cuenta con 3 temporadas y 30 capítulos disponibles. Oscilando entre lo dramático y lo cómico, explora los tabúes de la sociedad, las relaciones de poder, el acceso a la educación y los roles de género, pero con una apuesta innovadora y sin abandonar la rebeldía intrínseca de Emily Dickinson. Sus aventuras fueron restrictivas y escandalosas a la vez, su excentricidad no le molestaba, era su mejor amiga. Ser un bicho raro no tiene por qué ser algo malo, y la creadora Alena Smith (The Affair), estuvo dispuesta a demostrarlo. 

 

Dickinson es como si metieran dentro de una coctelera todos los mitos sobre el autoexilio en su cuarto durante 15 años hasta la muerte (o lo que ella llamó «La blanca elección»), su mórbido deleite por la entonación fúnebre, personajes victorianos que hablan como millennials, bailes de época con abejas gigantes, un soundtrack indie pop rapero alternativo, y una pizca de romanticismo necrofílico. (Intencionalmente) olvidaron incluir a las damiselas en apuros. Cómo resultado: un cóctel peculiar que desafía el canon de las ficciones de época y una lectura sobre la historia de una de las poetas más aclamadas del siglo pasado.

La ruptura

La versatilidad característica de Hailee Steinfeld interpretando a la escritora permitió darle riendas sueltas a ese juego entre lo carismático, sensible, caótico, oscuro y salvaje de Emily Dickinson, y su peculiar enamoramiento por la muerte y la eternidad. Sus tres temporadas sacan a relucir el lado B de su rutina doméstica y peregrina, el que la mantenía con los pies —no tan bien puestos— sobre la tierra: un mundo onírico que se irá entretejiendo capítulo a capítulo, hasta el punto de no saber qué es real o qué es parte de la imaginación de Emily. ¿Quién fue Emily Dickinson? Si ella misma afirma: «¡No soy Nadie! ¿Quién eres tú?» 

La serie se distancia de ese fetiche colectivo por su poco ortodoxo santo sepulcro, y opta por trabajar la tragedia desde una mirada feminista, explorarando los desafíos que vivió la protagonista, y darle una vuelta de tuerca a su melancolía para incluir a la poeta solemne, fuerte e inevitablemente brillante. ¿Qué podría haberla conducido a «La blanca elección»? Esto da un  lugar más realista a la vida de la joven, y permite reconocer la angustia adolescente y la frustración de no poder ser ella misma. Una vida de cargas y restricciones ideológicas, físicas, emocionales, de ella, de todas; pero con espacios que la dejaban respirar, donde tuvo lugar el amor prohibido con su mejor amiga,  esposa de su hermano; donde se la pasaba de fiesta en fiesta con gente cuya reputación era cuestionada; y con la muerte misma, que la venía a visitar en carruaje y la sacaba a pasear como si fuese Cenicienta pero con vestido rojo intenso y sin zapatos.

 

El equipo de guión y producción se la jugó

Los personajes nacieron en el 1800 pero hablan como jóvenes de hoy, Emily le dice «ey bro» a su hermano; se emborracha con Sylvia Plath, Louisa May Alcott y Edgar Allan Poe. En los bailes de salón la música clásica está remixada y se perrea Billie Eilish, Taylor Swift, mucho techno y hip hop —con vestido y esmoquin, por supuesto—. Se recrean sus poemas con planos fundidos, entremezclando las escenas con imágenes que funcionan como metáforas de sus versos. Una serie de puras connotaciones. Este estilo audiovisual hace a la narración mientras busca aproximarse al Yo poético de Emily. «Si físicamente siento que me arrancan la cabeza, eso es poesía. Esa es mi única manera de saberlo, ¿hay otra?».

luisina berasi

Estudiante Comunicación Social — UNR
Obsesionada con el fundido encadenado, el humor irónico y el terror gótico.