Cuándo poner punto final al encargado

Por Lourdes Garay

 

Ficha técnica: El Encargado. Origen: Argentina. Creadores: Mariano Cohn y Gastón Duprat.

Actores: Guillermo Franchella, Gabriel Goity, Pochi Ducasse y Gastón Cocchiarale.

Para que una serie no pierda la magia y siga siendo caracterizada como diferente y original tiene que saber cuándo poner punto final a su historia.

El encargado estrenó su tercera temporada en agosto y plantea una trama distinta a la que nos tenía acostumbrados, desafiando nuevamente a Eliseo y a su audiencia. Ahora Eliseo no tiene como objetivo a algún propietario de su edificio, va por los encargados de todo el barrio Belgrano de Buenos Aires. Desde su inicio, la serie se presentó como una comedia costumbrista inquietante. Su trama entretenida logra que el espectador esté atento y pendiente al próximo movimiento del protagonista, evita caer en lo predecible y por momentos sorprende.

Eliseo tiene actitudes moralmente cuestionables y genera ambiguas simpatías por sus comportamientos ante los habitantes de ese importante edificio de clase alta. Por momentos no podemos evitar disfrutar de las ocurrencias del encargado; pero hay otras situaciones en las que dudamos de cada paso que da. El encargado es una persona capaz de llegar hasta la luna con tal de lograr su cometido. La actuación de Guillermo Francella es digna de admiración; el actor da todo de sí mismo y más, se compromete al máximo para que el público empatice con su personaje y a la vez lo odie. Es increíble.

Eliseo abusa del poder que tiene para vigilar a los demás. Es meticuloso, observador, obsesivo con el orden, la limpieza, perfeccionista. Si algo no le sale según lo planeado, entra en cólera. Aunque no por mucho tiempo. Enseguida trama algún otro plan y todo vuelve a girar sobre ruedas. Es hábil para manejar a las personas como piezas de ajedrez. Si le sirven para un beneficio personal todo bien, pero si empiezan a molestarle hará todo lo posible para sacarlas de su camino.

En estos tiempos no sorprende encontrarnos en las series con personajes de una moral cuestionable. El encargado interpela a los espectadores como personas y los pone pensar si en algún momento llegarían a atravesar los límites que cruza Eliseo.

Abusar excesivamente de este tipo de tramas para estirar una historia, por el morbo de ver hasta dónde es realmente capaz de llegar el protagonista, es caminar en la cuerda floja y puede llegar a producir desinterés. En ese punto no hay vuelta atrás: la serie habrá perdido su esencia.

¿Recibirá Eliseo un escarmiento por todo lo que hizo en estas tres temporadas? Por más que nos divierta como personaje y nos haga reír algunas veces, es inevitable preguntarnos por qué todo le sale bien. No importa lo que se le presente, siempre está tres pasos más adelante. El ingenio y la suerte están de su lado.

A pesar de saber que tiene rasgos psicópatas, los espectadores ya se encariñaron con el personaje de Francella. Es bueno, servicial, colaborador, pero a la vez es manipulador y con una personalidad oscura. En los finales de temporada se dirige a nosotros y nos confía sus planes. Ahí es cuando se establece una relación cómplice entre el personaje y la audiencia. Y es casi imposible rechazarla

El final de la tercera temporada de El encargado deja abierto un interrogante para preguntarnos cómo seguirá la historia. Termina justo cuando el caos está en su reciente apogeo. ¿Veremos a un Eliseo al borde de la derrota? ¿O alzará la bandera declarándose victorioso nuevamente? Sea de la forma que sea, esperemos que los guionistas cierren la historia de manera inteligente, sin abusar del éxito de la serie y entendiendo cuándo es el momento exactode ponerle un punto final.

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Lourdes Garay

Estudiante de Periodismo
Apasionada por el cine, las series, los libros y el café