Así suena Fargo
Por Ari Piccioni
La música en la quinta temporada de Fargo juega un papel central en la construcción del tono narrativo y en la caracterización de los personajes. La selección de canciones y la banda sonora instrumental refuerzan el ambiente de tensión, ironía y violencia que define la serie. La combinación de piezas originales con temas preexistentes contribuye a la ambientación, al tiempo que establece vínculos temáticos con temporadas anteriores y con la película de los hermanos Coen.
Desde el primer episodio, la música acompaña la presentación de los conflictos centrales. Una selección de canciones de country y folk dialoga con el escenario del Medio Oeste, mientras que las composiciones instrumentales acentúan la sensación de amenaza inminente. En momentos clave, la disonancia entre la música y la imagen potencia el efecto dramático, como sucede en secuencias de violencia que contrastan con melodías suaves.
El uso de canciones diegéticas refuerza la caracterización de los personajes. En varias escenas, la música que suena en la radio o en espacios públicos actúa como un comentario indirecto sobre las acciones y motivaciones de los protagonistas. Esta estrategia se observa en la elección de temas clásicos de la música estadounidense, que evocan una nostalgia irónica cuando se combinan con situaciones de creciente peligro.
La música compuesta por Jeff Russo mantiene la identidad sonora de la serie y aporta variaciones que reflejan los matices de esta temporada. La utilización de cuerdas y sintetizadores genera una atmósfera de tensión sostenida, mientras que algunos temas incorporan instrumentos asociados a la tradición musical del Medio Oeste. Las canciones se integran con el resto de la narración, enfatizando momentos de suspenso y acción. Estos elementos contribuyen a la construcción de una identidad sonora específica sin perder coherencia con el universo narrativo de Fargo.
En varias secuencias, la música funciona como un elemento estructurante del montaje. En episodios donde la acción se intensifica, el ritmo de la edición se sincroniza con la cadencia de la música, creando una sensación de inevitabilidad. En otros momentos, el silencio o la reducción de la instrumentación refuerzan el dramatismo y permiten que los diálogos y sonidos ambientales cobren mayor peso.
El contraste entre lo visual y lo sonoro se utiliza para enfatizar el absurdo de ciertas situaciones. En escenas donde la violencia se presenta con un enfoque estilizado, la música introduce un contrapunto que acentúa el tono tragicómico. La elección de piezas aparentemente inofensivas en contextos de extrema tensión afirma el carácter distintivo de la serie. Un caso notable ocurre cuando suena «YMCA» de Village People mientras llegan los soldados del sheriff, generando un efecto de ironía y desconcierto que subraya el tono de la escena.
Las referencias musicales también establecen conexiones intertextuales con otras temporadas y con el cine de los Coen. Algunas melodías reaparecen con variaciones, sugiriendo continuidades temáticas entre las distintas historias. Además, la selección de canciones en ciertos momentos evoca la estética sonora de películas como No Country for Old Men y The Big Lebowski, consolidando la inscripción de Fargo dentro del universo narrativo de los realizadores.
La presencia de géneros musicales diversos amplía el abanico expresivo de la temporada. Junto al country y al folk, aparecen incursiones en el rock, el jazz y la música electrónica, dependiendo de la escena y del personaje en foco. Este eclecticismo permite que la música no sólo acompañe la narración, sino que también contribuya a la exploración de los contrastes culturales dentro de la historia.
El diseño sonoro y la banda sonora trabajan en conjunto para construir una experiencia inmersiva. La superposición de capas de sonido y la manipulación de la dinámica musical permiten crear momentos de máxima tensión sin necesidad de recurrir exclusivamente a efectos visuales. La música, en este sentido, opera como un recurso narrativo clave para el desarrollo del suspense y la construcción del tono.
La quinta temporada de Fargo consolida el uso de la música como un elemento narrativo fundamental. A través de una combinación de canciones icónicas, composiciones originales y silencios estratégicos, la serie refuerza su identidad estilística y potencia el impacto de su relato. La integración de la música con la puesta en escena y el montaje demuestra una vez más la importancia del sonido en la construcción de la serie.

Ari Piccioni
Licenciada en Comunicación Social. Docente en Comunicación Visual Gráfica I (UNR). Amante de las series nórdicas y con zombies.